Día tras día, todas las superficies exteriores en centros urbanos son expuestas a una alta dosis de residuos grasosos ambientales, emanaciones de motores, restos de combustibles y otras emisiones que suelen producir las grandes ciudades.
Estos residuos se adhieren a las superficies, las contaminan, y su permanencia afecta el posterior pintado. Por ello deben ser eliminados por completo para lograr la mejor performance y el resultado esperado en las aplicaciones.
Antes de comenzar a pintar, todas las superficies deben estar secas, limpias, sin polvo y libres de otros agentes contaminantes.
Si se advirtiera la existencia de hollín en el sustrato que se va a pintar, se recomienda no utilizar solventes, ya que estos fijarán y extenderán las manchas, y de esta forma agravarán la situación.
La solución es realizar un hidrolavado de alta presión, sumándole detergentes neutros y agua lavandina. Además, para trabajar profesionalmente, es oportuno sumar una limpieza profunda con un cepillo de paja, pita o plástico, con hebras duras.
En caso de que las fachadas posean ornamentos o molduras que puedan desprenderse ante la presión del lavado, este podrá realizarse de manera manual mediante un cepillado enérgico con detergente neutro, o bien reduciendo la presión del hidrolavado.
Finalmente, la superficie siempre deberá ser enjuagada. Una vez que esta se haya secado, se recomienda aplicar un fijador sellador al agua o al aguarrás. Finalmente, aplicar Sentidos Fachada, Muros y Frentes o bien otros productos de la línea Riopint para exteriores.
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